āTodo comenzĆ³ con un sueƱo. El sueƱo de ir por primera vez y por mis propios medios al paĆs acerca del que he estudiado toda mi vida. QuerĆa unaĀ javaia israelit, para aquellos que no entendieron: una experiencia en Israel. Pero no querĆa estar detrĆ”s de una cĆ”mara de fotos o viviendo en un Ć³mnibus de turismo, no buscaba un paseo āchik chakā, querĆa poder VIVIR PLENAMENTE en Israel.
Hace dos aƱos me encontraba estudiando la carrera de arquitectura y al mismo tiempo trabajaba en una empresa de arquitectos. ComencĆ© a averiguar cĆ³mo podĆa hacer mi sueƱo realidad y asĆ encontrĆ©Ā Career Israel.
Debo decir que al principio estaba asustada porque no se trataba de mi paĆs, tampoco de mi idioma y habĆa elegido un programa que no estaba destinado para gente de habla hispana. Ā Pero realmente querĆa conocerme mejor a mĆ misma, ver las cosas de una manera diferente, conocer personas de distintos lugares y comprender a Israel profundamenteĀ y como a un todo.
AsĆ que allĆ estaba el dĆa de partir en el aeropuerto de Buenos Aires, con mi corazĆ³n entero, mis expectativas y el dinero que habĆa reunido en mis manos. Estaba lista para vivir todo aquello con lo cual habĆa soƱado.
SubĆ al aviĆ³n y sentĆ que entraba a una nueva dimensiĆ³n. Afuera habĆa nubes, las que siempre se ven desde abajo y pero por dentro yo entraba a mi propia ānubeā, estaba ya tocando aquel sueƱo que habĆa perseguido durante tanto tiempo. A partir de entonces esa sensaciĆ³n de estar viviendo en una realidad soƱada y propia, nunca se me fue.
Durante el tiempo que pasĆ© en Israel vivĆ y aprovechĆ© lo mĆ”ximo posible la experiencia, hubo algunos dĆas nublados, un par de dĆas lluviosos, pero por sobre todo fue un tiempo brillante, porque yo estaba brillando. Pude vivir mi propio sueƱo y dentro de Ć©l construir mi propio espacio, un espacio puro y divertido y asĆ pasĆ© cinco meses viviendo.
Poder dar indicaciones a gente reciĆ©n llegada, conocer las calles, los atajos o los mejores restaurantes segĆŗn el presupuesto del que se dispone, son cosas que solo me permitiĆ³ el vivir completamente inmersa en la vida israelĆ. Ir alĀ shukĀ por ejemplo, que no es un lugar turĆstico, es una vivencia impresionante. Por lo general al principio uno va con su cĆ”mara, obstaculiza el trĆ”nsito de las personas y pronto la gente te hace entender que ese no es un lugar para el turismo fotogrĆ”fico sino que solo para hacer las compras, oler y degustar.
Hay lugares muy significativos que se vuelven parte del paisaje cotidiano. Por ejemplo la plaza de Rabin que es el lugar donde el Primer Ministro de Israel fue asesinado, se convirtiĆ³ para mĆ el lugar por el que pasaba todos los dĆas a la vuelta de la pasantĆa.
Y la proximidad no es solo con los lugares colmados de historia. Yo no sĆ© cĆ³mo es en otros lugares del mundo, pero viviendo en la capital de Buenos Aires si quiero ir a la playa, tengo que viajar aproximadamente cinco horas en auto y aquĆ en Israel, la playa es sencillamente nuestro patio de atrĆ”s, en quince minutos se llega caminando. Esta es definitivamente la ānubeā adentro de la cual quiero vivir.
La experiencia que tuve en mi pasantĆa no podĆa haber sido mĆ”s perfecta. Fui lo suficientemente afortunada como para haber sido elegida porĀ Hagai Nagar, un increĆble mentor y maestro. El me enseĆ±Ć³ cosas que se aprenden de la vida y no precisamente de los libros de escuela, me dio coraje para expresar lo que pienso, promocionarme a mĆ misma y mirar los dos lados de la misma imagen.
Una vez, un dĆa como otros durante mi pasantĆa Hagai me dio una tarea sencilla, me dijo: āNecesitamos generar un nuevo concepto para las oficinas de Bezeq Raanana, la compaƱĆa de telĆ©fonosā. Para ser honesta me sentĆ intimidada por semejante gran proyecto. Cuando le mostrĆ© mis bocetos estaba segura de que no iba a cumplir las expectativas de un arquitecto con tanta experiencia como Hagai, y que ni siquiera me acercarĆa a lo que Bezeq Raanana querĆa. Me quedĆ© impresionada cuando Ć©l me dijo que le gustaban mĆ”s mis bocetos que las ideas sobre las que Ć©l habĆa estado trabajando. AsĆ que actualmente Bezeq Raanana estĆ” siendo tangiblemente construido segĆŗn mi concepto. Y debo decir que es la mejor de las sensaciones, no porque se trate de mi idea, sino por el hecho de que mi opiniĆ³n fue valorada mĆ”s allĆ” de mi edad. Hagai me dio la oportunidad de brillar y agradezco que no se tratara de solo una ocasiĆ³n sino de muchas.
Quiero compartir con ustedes otra historia: cuando fuimos al Neguev, el guĆa turĆstico nos contĆ³ que el desierto era el lugar al que nuestros patriarcas fueron en busca de respuestas y el lugar a donde se dirigiĆ³ Ben GuriĆ³n para concretar su sueƱo y encontrarse a sĆ mismo. Yo nunca antes habĆa estado en un desierto y estaba anonadada por el paisaje, los colores, el modo en que el sol golpeaba el suelo y creaba nuevos colores, era como estar adentro de una pinturaā¦ En el medio de una caminata, de pronto me distraje con mis pensamientos y me perdĆ. No veĆa al grupo y entrĆ© en pĆ”nico. Entonces se me ocurriĆ³ volver para atrĆ”s y buscar huellas. Y en ese momento tuve una sensaciĆ³n muy especial. No solo me di cuenta de que no podĆa perderme porque ya mi grupo me encontrarĆa, sino que ademĆ”s porque asĆ como no es posible perderse en la propia casa, no podĆa perderme en la tierra de nuestros ancestros. Las huellas que buscaba, eran las huellas de mi pueblo y su historia. HabĆa encontrado lo que tanto buscaba, podĆa por fin sentir a Israel como parte mĆa y no como una extranjera.
En Israel, conocĆ a la gente mĆ”s maravillosa, conocĆ compaƱeros del alma, gente de otros hemisferios con mis mismos valores. Pude trabajar en mi Ć”rea, aprender cosas nuevas sobre mĆ misma y pasĆ© el mejor tiempo de mi vida. Como no todos se quedan en Israel, una vez que volvemos conformamos una familia judĆa moderna ya que quedamos aunados mĆ”s allĆ” de dĆ³nde vivamos o lo que hagamos en la vida.
No fue fĆ”cil irme de Israel, dejar aquella mini realidad propia que habĆa construido y disfrutado tanto. Y debo admitir que no hay cosa mĆ”s complicada que empacar las cosas en la valija, ya que uno quiere llevarse en ellas todo cuanto ha vivido.
Cada persona tiene un sueƱo, una ānubeā propia hacia la cual quiere llegar. Los invito a perseguirlo, a dibujarlo, a realizarlo. Los invito a compartir su sueƱo con todos y asĆ formar parte del mĆo tambiĆ©n.
Muchas Gracias!ā
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